Montsegur. El enclave cátaro

Enciende la vela en tu corazón y toda la Tierra se prenderá con su llama…

 La fortificación de Montsegur fue desde inicios del siglo XIII refugio de perfectos y buenos hombres cátaros. Pero raíz de las persecuciones, fue creciendo el número de perfectos e iniciados que llegaba allí escapando de los inquisidores. Finalmente se convirtió en la última pero espiritualmente más fuerte comunidad cátara. Un recinto fortificado, con una torre y numerosas casas formaban un pueblo cátaro donde se establecieron familias enteras, en total eran alrededor de un millar de personas. Se vivía en una incesante contemplación del Padre Bondadoso y toda la montaña estaba rodeada por una atmósfera de amor inexplicable. Los peregrinos llegaban de todas partes y teniendo ante ellos un ejemplo vivo de bondad y pureza, se consolaban y no anhelaban otra cosa que hacerse iguales a los perfectos. El Grial descendía a las manos de los buenos y santos hombres para disolverse en los corazones de todos los que estaban presentes.

 

El asedio de Montsegur duró casi un año. Las tropas del ejército real francés asaltaron varias veces la fortaleza, sin éxito. El final de la resistencia llegó por una traición. No interesaban los civiles ni los hombres de armas, el objetivo era destruir a los portadores de la fe en el buen Padre, a los perfectos y perfectas. Pero ellos no traicionaron su conciencia, no rompieron la promesa de nunca responder al mal con el mal. No abjuraron de su fe, de la verdad, ni tenían nada que confesar a los inquisidores. Como castigo fueron enviados a una improvisada hoguera, a los pies del castillo. Los perfectos y perfectas emplearon las dos semanas de plazo que les habían concedido para hacer la elección entre la abjuración o la hoguera como tiempo de preparación espiritual. En marzo de 1244, más de 200 hombres y mujeres fueron a la muerte cogidos de la mano y cantando himnos. Sin miedo, con los rostros iluminados y con la vela del corazón encendida entraron en el fuego del amor. ¿Cómo interpretar esto? ¿Fue un suicidio colectivo? No, fue una gran victoria espiritual. Si el objetivo del ser humano en la Tierra es adquirir la corona de vencedor, superar cualquier tentación sin doblegarse ni contestar con el mal y ganar con la fuerza del amor para multiplicarlo, sin duda, estos ‘mártires del puro amor’ son la prueba de la victoria.

Nada de lo que se pueda acumular en la Tierra sirve en los cielos, excepto el amor. El amor no muere, supera el dolor, vence el miedo. Puesto que es lo único real, el que acumula amor puro se hace inmortal.