Los Cátaros medievales y principios del catarismo

LOS CÁTAROS MEDIEVALES

Mucho se ha escrito sobre los cátaros Medievales. Aunque realmente han quedado muy pocas fuentes que provengan de los auténticos cátaros, pero hay algo muy evidente de su existencia y es la rica herencia que dejaron allí donde vivieron. Los valores de democracia, de libertad, igualdad y fraternidad quedaron impresos y dejaron una semilla que actualmente está floreciendo.

Eran Mujeres y hombres buenos, que creían en el amor puro, el cual era ajeno totalmente a este mundo, un amor desconocido por la humanidad y que los grandes ungidos como Cristo, Buda, Zoroastro, Mani… trajeron a la Tierra para multiplicarlo. Por lo tanto, toda su vida transcurría bajo las virtudes más elevadas de bondad, sabiduría, amor, paz, armonía… No se trataba de una religión o una filosofía, era una forma de vida. Su espiritualidad abarcaba todos los ámbitos de la vida desde su comportamiento a su alimentación, su música, arte, forma de trabajar, relaciones, etc.

El catarismo se extendió por toda la antigua Occitania (sur de Francia), Reino de Aragón, Navarra, Italia, Alemania y Flandes desde el siglo XI hasta principios del XIV. El Catarismo es heredero directo de los Teogamitas Eslavos y los Bogomilos balcánicos, y aún más allá, proviene de la Atlántida y de civilizaciones puras que poblaron la Tierra, como Arcadia, Hiperbórea, aztecas, mayas, egipcios… Civilizaciones muy elevadas que han existido en este planeta y que desconocían absolutamente el idioma del mal.

Los cátaros compartían sus bienes, vivían con humildad y sencillez, servían al prójimo, acogían a todo el mundo, alimentaban al necesitado, daban trabajo en sus talleres artesanales, consolaban y cuidaban a los enfermos… Vivían según los estatutos del univérsum: la bondad extralimitada, la pureza perfecta, el amor sagrado y la sabiduría superante y de ahí que fuera un pueblo pacífico que encontró millones de seguidores por todo el mundo que compartían estos elevados ideales. Más de 50 millones de cátaros se extendieron por España y toda Europa. En todos aquellos lugares donde el catarismo floreció, se vivía de una forma totalmente diferente a la que se daba en aquella época. Vivían en sociedades adelantadas a su tiempo con una prosperidad material y espiritual que no conocían en las sociedades feudales vecinas.

Debido a esta maravillosa y creciente forma de vida el poder existente vio tambalear sus cimientos y llevó a cabo la cruzada contra ellos por iniciativa del papa Inocencio III con el apoyo de la dinastía francesa de los Capetos. Pero algo muy importante en lo que la historia tradicional no suele profundizar fue la fuerza y el desarrollo con la que se dio el catarismo en España y en Cataluña. Allí vivieron los últimos Perfectos cátaros, como Guillem de Bélibaste, que fue quemado en la hoguera en el castillo de Villerouge-Termenès en el año 1321. Antes de morir dijo su famosa profecía: “Dentro de setecientos años el laurel reverdecerá, los cátaros volverán a la Tierra”. Y ahora, setecientos años después,

¡EL LAUREL HA REVERDECIDO!

La influencia de los Cátaros

Los cátaros hicieron una grandísima contribución a la cultura europea cimentando las bases de sus logros más eminentes: Raimon Llull, Leonardo da Vinci, Miguel de Cervantes, Shakespeare, Voltaire, Beethoven son algunos de los representantes más brillantes del catarismo espiritual.

El catarismo influyó sobremanera en los procesos democráticos tanto en Europa como en el resto del mundo. La democracia estadounidense no existiría sin los cátaros. Y la democracia actual necesita volver a nutrirse de la raíz cátara. Juan de San Grial enfoca a los cátaros no desde el punto de vista histórico sino que está descubriendo a Los cátaros que hoy en día siguen bajando del cielo.

Los estadistas, gobernadores, representantes de cultura y arte de nuestros días han de entender que la sabiduría desea inocular las nuevas y verdaderas imágenes universales, los valores arquetípicos que han regido y rigen en las civilizaciones puras, prósperas y donde la decadencia no tiene cabida. La espiritualidad universal basada en los pilares que sostienen a un pueblo de imperecedera paz ha de formar la base de los procesos democráticos que se están llevando a cabo en Europa y en todo el mundo.

La perspectiva y la visión de Juan de San Grial de la historia, de la cultura y del futuro es única. Desde su punto de vista, el ser humano es un tesoro de valor incalculable en cuyo interior se encuentra la plenitud de la divinidad. Él descubre riquezas espirituales incontables, conocidas tanto por los cátaros como por otros pueblos que han sido fuente inagotable de sabiduría y perfección. Volver la mirada hacia estas verdades se hace indispensable hoy en día en un mundo que anhela volver a ser un “buen mundo”.

La Libertad se percibe como un descubrimiento creativo del potencial espiritual personal de cada uno y de todos los habitantes de la tierra. La Igualdad es un importantísimo don, considerar iguales a todos hijos e hijas de todo el mundo. La Fraternidad es un maravilloso y magnífico diálogo de amor donde cada individuo se considera hermano en una gran familia universal. El Amor es esencial, amor sincero, desinteresado, se trata del amor que proporciona al alma una alegría inigualable a ninguna otra antes experimentada.

Así pues, los cátaros son un soplo de aire fresco que abre las puertas hacia un nuevo mundo, un mundo capaz de volver a sus hermosos orígenes gracias a la recuperación de los valores arquetípicos olvidados pero inherentes al ser humano.

 

 

 

 

Buenos Hombres

Los cátaros profesaban el puro amor y enseñaban que Dios es este amor purísimo. No aceptaban ningún tipo de usurpación ni violencia y firmaban que el hombre cambiará únicamente con la fuerza del amor. Ellos alababan Minné —el ideal del amor divino. Los cátaros eran excepcionalmente bondadosos y amorosos, con la misma veneración trataban a Dios y al hombre. Ellos negaban “el juicio final” y la represalia de ultratumba por los pecados y enseñaban que el Altísimo era infinitamente bondadoso y misericordioso, el Padre Buenísimo de los Buenos, Claro y Solar, Fiel hasta lo último, que no juzga y nunca traiciona, Padre Amoroso, Incondicional, Justo y Puro. No creían en un Dios distante, que juzga, castiga, persigue, manda al infierno… Desenmascaraban a sus oponentes, los inquisidores romanos; decían que su religión estaba basada en el miedo. Y el miedo, según los cátaros, excluye el amor.  La base de la práctica de los cátaros era la catarsis: la completa y profunda purificación del hombre.

No existe una definición breve y concisa del catarismo. La espiritualidad en que se basa la civilización cátara resplandeció en la Edad Media y ha evolucionado continuamente, sin perder su autenticidad. Por ello, todas sus manifestaciones, independientemente de su condicionalidad temporal, componen una unidad inseparable, una tradición común que de siglo en siglo fecunda, escondida o claramente, la cultura humana. El catarismo es un modo de vida, una forma de ser y una forma de concebir el mundo y convivir con él. Es la realización de las aspiraciones más elevadas y más nobles de la persona, que se realizó en contra del orden mundial circundante, donde impera la usurpación, la competitividad, el materialismo, el miedo, la dominación…

Los cátaros constituyeron una civilización única, cuya base estaba formada por la certeza absoluta de que la Divinidad reside en el interior del hombre, de que el hombre es bueno y de que el hombre es el mayor valor de la Tierra. Esta certeza, que compartían muchas civilizaciones del pasado,  tiene bases y raíces históricas, pero su resolución está en el presente y en el futuro. El catarismo no contempla  solamente el movimiento espiritual de la Europa occidental medieval que cayó  bajo los golpes de la cruzada y la inquisición, sino que es comprendido como la espiritualidad del amor puro y libertad plena, dirigida a la Divinidad celeste, que eleva el alma hasta la dignidad divina. 

¿Por qué la música es fundamental en el catarismo?

Es conocido por muchos que los trovadores cantaban a una Señora o Amada. Lo que desconoce la mayoría de personas es que esa Amada no era un ser humano y que no se trataba de ensalzar un amor personal, sentimental o cortés.

Los trovadores —llamados también minnesíngeres, cantores de minné— eran predicadores errantes, cultos y de espíritu elevado y noble, que difundían secretamente un mensaje de amor celestial, amor Minné. Unas veces cantaban a la Iglesia del Amor en persona de una ‘amada’, otras veces a la Diosa Madre, la Sabiduría Divina, la Guía y Amparadora de la Humanidad. Pero lo que siempre hacían era traer consuelo a las buenas gentes. Sí, su música era una música que impartía un consolamentum musical: el consuelo del alma al recibir la revelación interior sobre su origen, su verdadera naturaleza, su destino y su potencial de amor. El consuelo de encontrar todo esto en el mismo interior de su corazón. Esta es la revelación que lleva al alma a tener deseo de perfeccionarse, mejorar. Así que el sacramento cátaro del consolament está relacionado con la tradición del Minnesang.

La música que trae consuelo es música que puede sanar, de vibraciones finas y que traspasan todas las barreras físicas y psicológicas. Por eso proporciona al oyente una ‘iniciación’ misteriosa. El corazón puro del trovador (o intérprete sentado al piano) es el medio de expresión de la divinidad.  El minnecanto es la remembranza de aquello que el ser humano descuidó y perdió: el amor empíreo, puro, luminoso. Pero este amor es recuperable y por eso en el catarismo actual la música ocupa un lugar tan destacado.

Nuestro excepcional minnecantor, Juan de San Grial, ha dedicado toda su vida a la búsqueda de la última verdad espiritual, la universal. Y sin duda alguna es un trovador (en occitano ‘trobar’ es encontrar algo que se había perdido y viene de la raíz latina ‘tropare’=buscar y descubrir): ha encontrado el amor minné. Y el que ha encontrado a Minné no sigue buscando, sino que se esfuerza en transmitir su descubrimiento. Se convierte en instrumento de Minné. Sentado al piano (o como él lo llama, ante su altar sagrado), sus manos hablan de lo que ha recibido en su corazón, se produce un transvase de altísimas vibraciones capaces de llenar todo el espacio de luz.

La última obra musical de Juan de San Grial publicada por nuestra Asociación lleva por título de ‘El crescendo del Bien’. Palabras musicales que plasman muy adecuadamente el efecto que tienen sus interpretaciones sobre el oyente: al escucharlas el alma se va afinando y se produce un aumento progresivo del bien en su interior.

¡Os recomendamos que os nutráis de esta música!

Oración plástica

ORACIÓN PLÁSTICA Son una serie de movimientos que se realizan con el cuerpo para elevarse mediante el corazón a las esferas espirituales. No serían gestos como tales, sino movimientos del alma fijados en el movimiento corporal. Cada movimiento ayudaría en la apertura del corazón, expresando con ello diferentes imágenes arquetípicas: formas de cisnes, pájaros, flores, lotos, etc.

Antiguas culturas practicaban estos movimientos como expresión de los arquetipos del universo, y de esta forma los imprimían de nuevo en su interior. Así, por ejemplo, algunos elementos de estos movimientos eran usados en los corros de doncellas eslavas teogamicas y en los actos de misterios helénicos, en la antigüedad. Se trata de una clase de coreografía superior. Y si no se está lleno de espíritu aunque se repitan estos gestos no serían más que ejercicios de educación física. Es una oración para elevarse a las esferas de nuestra Madre y Padre divinos. Para liberarse de todas las quimeras de este mundo (estado pesado, tristeza, irritación, etc) y elevarse con el corazón en las esferas espirituales.