Don Quijote de la Mancha​. Miguel de Cervantes

 

SOLO LOS HOMBRES BUENOS SE QUEDAN EN LA MEMORIA.

 

“…Ya no soy don Quijote, desde ahora soy Alonso Quijano el Bueno…”. Estas fueron las últimas palabras con las que el caballero de la Triste figura se despidió de este mundo dando testimonio vivo de que no hay ideal más sublime que llegar al tálamo de la muerte siendo BUENO, un millón de veces más bueno… buenísimo entre los buenos.

Y es que él no fue un loco, él… sencillamente, fue bueno.

“Caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo… Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno: si el que desto trata merece ser llamado bobo, díganlo vuestras grandezas…”.

Y es en esto precisamente donde radica el secreto del éxito universal de la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, pues la historia del Quijote entraña en sí misma el misterio de la venida del hombre a la Tierra: EL CAMINO DE LA BONHOMIZACIÓN. El ser humano llega a este mundo repleto de molinos amenazantes como pilares de la maldad y cual caballero andante, intrépido y guiado desde lo alto, vence hasta en la última batalla en nombre del bien y la bondad.

Su popularidad sigue vigente hasta nuestros días solo por una razón: por estar basado en lo arquetípico, en lo inagotable, inmortal… Hay libros que nacen y mueren tan pronto como son leídos por su último lector, pero El Quijote, por estar basado precisamente en los arquetipos, ha logrado ser coronado con la inmortalidad, convirtiéndose más que sobradamente en un pergamino eterno:

“… Sé los innumerables trabajos que son anejos a la andante caballería, sé también los infinitos bienes que se alcanzan con ella; y sé que la senda de la virtud es muy estrecha, y el camino del vicio, ancho y espacioso; y sé que sus fines y paraderos son diferentes; porque el del vicio, dilatado y espacioso, acaba en muerte, y el de la virtud, angosto y trabajoso, acaba en vida, y no en vida que se acaba, sino en la que no tendrá fin, y sé, como dice el gran poeta castellano nuestro, que: Por estas asperezas se camina de la inmortalidad al alto asiento…”.

¡Y he aquí sus perlas arquetípicas que ensartaron una de las más bellas historias escritas!

  1. Alonso Quijano. El habitante del cielo terrenal

Don Quijote encarna al alma universal que sin miedo coge la lanza de la verdad y lucha hasta el último aliento con el único objetivo de vencer las miles de manifestaciones del mal mundial: la usurpación, la mentira, la tergiversación, el egoísmo… Pero el verdadero mérito radica en el altruismo absoluto de tal hazaña, no llevada a cabo para cosechar gloria personal en una frenética persecución de medallas de oro en el campo de batalla.

Vencer para sí mismo no es nada, las victorias con tal pretensión mueren con uno mismo en el mismo lecho de la muerte… Cervantes trata aquí una finalidad mucho más profunda y excelsa: vencer en nombre de la humanidad, dejar un mundo mejor tras de sí, testimoniar que solo los hombres buenos se quedan en la memoria… “Los andantes caballeros habemos de atender más a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en las regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mesmo mundo, que tiene su fin señalado…”.

 

La visión divina del prójimo: Otra de las virtudes que dan testimonio de la figura de nuestro caballero andante como un alma ungida es la visión divina del prójimo. Existen dos maneras de ver al hombre: como un ser inmundo e insignificante, una nulidad venida de la nada, o como la misma Divinidad. Y El Quijote tiene la visión pura del ser humano. No ve en él a un pecador rematado o a ‘polvo que se convertirá en polvo’, él mira en lo más profundo y recóndito y con sus propios ojos ve que la divinidad habita en el interior de cada hombre,  sabe que todo lo exterior no son más que envolturas transitorias e ilusorias, que los hechos o pecados de los hombres no pueden desterrarlos al ostracismo y a la condena, que en lo más hondo y oculto se halla la misma imagen indeformable de Dios. Cuenta de ello se da en el pasaje en el que Don Quijote libera a todos los presos de una cárcel, y ante las amonestaciones de un cura sobre que había liberado a consabidos delincuentes, él alega: “…a los caballeros andantes no les toca ni atañe averiguar si los afligidos, encadenados y opresos que encuentran por los caminos van de aquella manera o están en aquella angustia por sus culpas o por sus gracias; sólo le toca ayudarles como a menesterosos, poniendo los ojos en sus penas y no en sus bellaquerías. Yo topé un rosario y sarta de gente mohína y desdichada, y hice con ellos lo que mi religión me pide, y lo demás allá se avenga…”.

Dar la vida por el otro: Si algo ha de definir a un verdadero caballero es la cualidad de aquel que es capaz de dar su vida por el otro, de morir por amor. Llegar a tal cumbre solo la pueden hacer aquellos que han vencido el miedo a la misma muerte; y llegar a tal victoria la consiguen solo los que han vivido consagrados al Altísimo y a la Sabiduría, aquellos que han vivido bajo una férrea lucha contra el mismo mal y su lenguaje viperino. Una de las maquiavélicas y refinadas arterías de este lenguaje es el halago, idioma que a priori parece inofensivo e incluso ‘bueno’, pero ponzoñoso para aquellos que conocen el mundo espiritual y sus leyes, según las cuales la adulación no es más que un arma pérfida para el desvío del camino recto de la bondad. Estos dos aspectos, dar la vida por el otro y el rechazo de este lenguaje astuto los aúna Cervantes magistralmente en el siguiente diálogo. Una hermosa mujer, la princesa Micomicona, comienza a alabar al Quijote y él la interrumpe para decirle:

Princesa: “…y en verdad que nunca tuve buen tiempo, y con todo eso, he llegado a ver lo que tanto deseaba, que es al señor don Quijote de la Mancha, cuyas nuevas llegaron a mis oídos así como puse los pies en España, y ellas me movieron a buscarle para encomendarme en su cortesía y fiar mi justicia del valor de su invencible brazo. -No más: cesen mis alabanzas -dijo a esta sazón don Quijote- porque soy enemigo de todo género de adulación; y aunque asta no lo sea, todavía ofenden mis castas orejas semejantes pláticas. Lo que yo sé decir, señora mía, que ora tenga valor o no, el que tuviere o no tuviere se ha de emplear en vuestro servicio hasta perder la vida”.

 

  1. Sancho Panza. El hermano fiel

En la imagen tierna de Sancho se encierra uno de los misterios más grandes de la obra: la fraternidad. El vínculo que une a don Quijote y Sancho Panza va más allá del formalismo impostado que cabría esperar de la relación entre un escudero y su amo. Don Quijote y Sancho unen sus vidas al calor del más noble de los objetivos, si bien con perspectivas dispares, ambos logran entretejer una unión cuyo único sostén es un amor puro, inocente y fiel hasta lo último. Tal amor transfigura el vínculo entre amo y escudero en hermanos que se adoran por encima de todo, que ponen su corazón como escudo vivo, que no temen morir porque ya entregaron sus vidas por amor… Son inseparables, están hermanados, son uno.

En una ocasión en la que Sancho habla sobre su amo con otro escudero, le dice a este:

“…digo que no tiene nada de bellaco: no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna: un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día, y por esta sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más disparates que haga”.

Don Quijote jamás podría haber hecho lo que hizo sin Sancho, no podría haber intentado derribar ni un solo molino. La fuerza del hombre no reside en uno mismo, reside en la fuerza colectiva que nace de la fraternidad, del amor sin límites que se pueden profesar dos almas que se hallan en matrimonio divino, juntos y con toda la humanidad…

A pesar de reconocerse como un simple y en ocasiones rudo escudero, en él residía una sabiduría innata que no dejaba de sorprender al mismo don Quijote. Se da buena cuenta de ella durante su breve gobierno de la ínsula. Asimismo, recordamos como ante una de las muchas situaciones difíciles que ambos tuvieron que enfrentar, Sancho sugiere sabiamente a su querido amo: “Encomendémoslo todo a Dios, porque Él sabe de las cosas que han de suceder en este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”.

 

  1. Dulcinea. La Dama Celestial

Miguel de Cervantes escribió su obra como él mismo dejó claro en su prólogo en contra de las ridículas obras de caballería. En el s. XVII, como en siglos anteriores, el amor reflejado en la literatura era el amor cortés, aquel regido por el romanticismo y la libido. Un amor que no puede crecer ni multiplicarse más allá de los ‘dos enamorados’, un amor sin futuro, sin perspectivas, un amor de este mundo gobernado únicamente por lo carnal y físico… “Advierte, Sancho -respondió don Quijote-, que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad…, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas…”.

 

Saavedra quiso reflejar el amor virginal a la mujer más hermosa del mundo: Dulcinea del Toboso, que es en verdad la misma Madre Divina. Ella es la personificación de la Madre Celeste que marca cada paso del caballero, es Ella la fuente de inspiración, el alimento de lo alto, la Guía, la que ampara incondicionalmente, la que en verdad vence en cada batalla. Es Ella la única espada y escudo del Quijote: “Sin el valor que Ella infunde en mi brazo no sería capaz de matar ni a una pulga, es el valor de Dulcinea el que toma mi brazo como instrumento de sus hazañas. Ella pelea en mí y vence en mí, y yo vivo y respiro en Ella, y tengo vida y ser”. Dulcinea es el eje central de la obra, y en verdad podemos extrapolar que solo Ella, la Dama Celeste, es el eje central de la propia obra de la vida de cada caballero, que sin Ella como Guía… jamás será posible la victoria.

 

En una ocasión don Quijote detiene a unos mercaderes en el camino y los conmina en voz alta a que afirmen que Dulcinea es la más hermosa. Estos se niegan alegando que no la han visto nunca, a lo que él responde: “Si os la mostrara -replicó don Quijote-, ¿qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender…”.

 

Miguel de Cervantes Saavedra no fue un escritor sin más o un soñador utópico que fantaseaba con un mundo mejor… Él conocía las ciudades-jardín y las leyes del universo del bien, conocía las reglas de la lucha espiritual y de las únicas armas con las que vencer: la misericordia, la lealtad, la intrepidez, la última verdad… Y lo más importante de todo, conocía a la Dama omnihumana y el estatuto de que sin Ella nada se puede lograr: “…porque quitarle a un caballero andante su dama es quitarle los ojos con los que mira, y el sol con que se alumbra… que el caballero andante sin dama es como el árbol sin hojas, el edificio sin cimiento, y la sombra sin cuerpo… y por ella viviré yo en perpetuas lágrimas hasta verla en su prístino estado”.

 

  1. Los molinos. La gran maquinaria del mal mundial

Los molinos no solo aparecen en el famoso pasaje de ‘Los Molinos de Viento’, los molinos están dispersos por toda la obra reflejando las miles de máscaras con las que se oculta la maldad. Empero, es en ellos donde Cervantes refleja abiertamente los pilares cementados de la gran maquinaria del mal mundial que aplasta y prohíbe el florecimiento de la bondad: “Hemos de matar en los gigantes a la soberbia; a la envidia, en la generosidad y buen pecho; a la ira, en el reposado continente y quietud del ánimo; a la gula y al sueño, en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la lujuria y lascivia… a la pereza…”.

Don Quijote entiende que no hay que simplemente luchar con la manifestación externa del mal, sino cortar de raíz el mal: el origen de todos los desastres de antes y de ahora… Porque de nada le sirve a un caballero luchar y parar las flechas lanzadas, si no conoce al tirador que las lanza.

 

  1. “Con la Iglesia hemos dado, Sancho”. La trampa religiosa

A lo largo de la obra Don Quijote, y sin menoscabo de su sobria integridad como caballero andante, no solo se enfrenta a los curas caracterizándolos como ladronzuelos, astutos o bribones, la cuestión es mucho más profunda e importante, en ellos Saavedra desenmascara las trampas de este mundo, los magos que con sus artimañas negras hipnotizan a las almas llevándoselas para sus tretas a su propia guarida… “…dijo el duque: ¿Quién ha sido el que tanto mal ha hecho al mundo? ¿Quién ha quitado del la belleza que le alegraba…?

—¿Quién? —respondió don Quijote—. ¿Quién puede ser sino algún maligno encantador de los muchos invidiosos que me persiguen? Esta raza maldita, nacida en el mundo para escurecer y aniquilar las hazañas de los buenos, y para dar luz y levantar los fechos de los malos…”.

 

  1. Los caballeros del bien y de la pureza

Y en este mundo actual, donde imperan los conflictos bélicos y pareciera que nos encontramos en la antesala de la tercera guerra mundial siguen siendo igual de necesarios los caballeros andantes cuya bandera sea la de la paz… “Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida…”. Y existir, existen, en verdad nunca han desaparecido tales caballeros. Y hoy en día es Juan de San Grial el mismo Cervantes y el mismo Quijote del s. XXI. Quijote porque ya se enfundó la armadura y tomó el escudo y la lanza para salir al campo de batalla y Cervantes porque es aquel que tiene la pluma del Altísimo con la que escribe el nuevo destino de los caballeros guiados por la Purísima.

Montsegur. El enclave cátaro

Enciende la vela en tu corazón y toda la Tierra se prenderá con su llama…

 La fortificación de Montsegur fue desde inicios del siglo XIII refugio de perfectos y buenos hombres cátaros. Pero raíz de las persecuciones, fue creciendo el número de perfectos e iniciados que llegaba allí escapando de los inquisidores. Finalmente se convirtió en la última pero espiritualmente más fuerte comunidad cátara. Un recinto fortificado, con una torre y numerosas casas formaban un pueblo cátaro donde se establecieron familias enteras, en total eran alrededor de un millar de personas. Se vivía en una incesante contemplación del Padre Bondadoso y toda la montaña estaba rodeada por una atmósfera de amor inexplicable. Los peregrinos llegaban de todas partes y teniendo ante ellos un ejemplo vivo de bondad y pureza, se consolaban y no anhelaban otra cosa que hacerse iguales a los perfectos. El Grial descendía a las manos de los buenos y santos hombres para disolverse en los corazones de todos los que estaban presentes.

 

El asedio de Montsegur duró casi un año. Las tropas del ejército real francés asaltaron varias veces la fortaleza, sin éxito. El final de la resistencia llegó por una traición. No interesaban los civiles ni los hombres de armas, el objetivo era destruir a los portadores de la fe en el buen Padre, a los perfectos y perfectas. Pero ellos no traicionaron su conciencia, no rompieron la promesa de nunca responder al mal con el mal. No abjuraron de su fe, de la verdad, ni tenían nada que confesar a los inquisidores. Como castigo fueron enviados a una improvisada hoguera, a los pies del castillo. Los perfectos y perfectas emplearon las dos semanas de plazo que les habían concedido para hacer la elección entre la abjuración o la hoguera como tiempo de preparación espiritual. En marzo de 1244, más de 200 hombres y mujeres fueron a la muerte cogidos de la mano y cantando himnos. Sin miedo, con los rostros iluminados y con la vela del corazón encendida entraron en el fuego del amor. ¿Cómo interpretar esto? ¿Fue un suicidio colectivo? No, fue una gran victoria espiritual. Si el objetivo del ser humano en la Tierra es adquirir la corona de vencedor, superar cualquier tentación sin doblegarse ni contestar con el mal y ganar con la fuerza del amor para multiplicarlo, sin duda, estos ‘mártires del puro amor’ son la prueba de la victoria.

Nada de lo que se pueda acumular en la Tierra sirve en los cielos, excepto el amor. El amor no muere, supera el dolor, vence el miedo. Puesto que es lo único real, el que acumula amor puro se hace inmortal.

Psicoterapia: la cura del alma

 

Nuestro mundo sufre desde hace tiempo a causa de la soledad, depresión y ansiedad entremezcladas. Se vive en estado de pánico o de estrés, inseguridad, fracaso y débil autoestima o bien presión narcisista, perfeccionismo, compulsividad, hiperracionalismo, frialdad y vacío.

 

Se ha ido evolucionando en cuanto a teorías y tratamientos, antes el electro shock, el shock insulínico, hasta la lobotomía, el psiquiátrico lleno de seres humanos vegetalizados, privados de sÍ mismos. Luego la antipsiquiatría, Freud y el psicoanálisis, el inconsciente y el inconsciente colectivo (Jung). Poco  a poco trabajos más humanistas, la terapia transpersonal, terapias cognitivas, terapias psicocorporales, de descarga de la tensión emocional y recuperación del equilibrio neurovegetativo y así más y más proliferando también las técnicas energéticas, gestalt, neurociencia, programación neurolinguística y las terapias pseudoespirituales: regresiones, reiki, constelaciones familiares, etc…

 

La propuesta nueva y realmente sanadora surge de una mirada hacia el Ser humano que le libere de la mentira, el horror y las trampas en las que vive, en las que penetró inconscientemente y cuyas llaves para salir han permanecido ocultas.

 

Desde el sufrimiento emocional, la separación respecto a la realidad espiritual y el sistema de violencias explícitas o encubiertas de este mundo, se buscan soluciones mirando la causa en el otro: ¨es que tú dices, es que tú haces…

Y con ello crece el juicio, el enfado, la rabia o el aislamiento y crece el rencor. Ni las terapias más o menos cognitivas ni las más o menos analíticas, o más o menos catárticas producen el cambio profundo y duradero que el Ser humano necesita.

El ser humano es en esencia un ser divino, en él, a pesar de todo, pervive la pureza, el amor, la bondad y la sabiduría que son fuente de paz y armonía.

 

Si queremos servir de ayuda es necesario, primero, ver en la persona todo ese potencial oculto. Segundo, ayudarle a reconocer y desenmascarar los programas familiares y ancestrales en los que está atrapado. Tercero, en el acompañamiento terapéutico se debe hacer la introspección que sirva para ver con humildad y valentía como participa, consiente y multiplica ( con sus pensamientos, sus gestos, palabras ) dichos programas fatales.

Es en esta fase introspectiva donde ocurre el descubrimiento, la toma de consciencia de las viejas heridas emocionales primero y después de los mecanismos de defensa que la persona fue configurando para protegerse del dolor, del vacío, de la pérdida, es en este momento que necesita de nuestro cuidado, escucha atenta y consuelo sin el cual carece de la fuerza y el valor para seguir el proceso de cambio.

Darse cuenta de sus máscaras para gustar, ser aceptado, obtener amor, reconocer precisamente en estas máscaras y mecanismos la verdadera causa de sus bloqueos, de sus síntomas físicos y de comportamiento. Es decir su desarmonía y la entrada en el circulo vicioso en el que genera, recibe, genera y recibe negatividad. Y poco a poco en este proceso ocurre la elección consciente, ¨quiero cambiar, quiero salir de mis trampas¨, avanzando así en dirección a la liberación. Llega así el inicio de la verdadera catarsis, ya no entendida en el sentido de Breuer y Freud o de las terapias psicocorporales, sino en una dimensión profunda y espiritual, la que se relaciona con reconocer y asumir la propia responsabilidad en el daño co-causado, en la destructividad, la separación y la infelicidad propia y del entorno.

 

Solo haciéndose cargo de aquello que él aporta en el conflicto (suyo  y de sus relaciones ), puede llegar a la solución que necesita. Cuando la persona ve y lamenta sus propios juicios, pensamientos negativos, la forma en que proyecta su mal sobre el otro..cuando decide decir no a su viejo modo de mirar ,oír o pensar y se atreve a luchar contra su propio enemigo interno, se atreve a contradecir a su pequeño ego y mirar lo mejor del otro, servirle como pueda, cuando se esfuerza en justificar más al otro que a sí mismo, cuando se prohibe el juicio y ensaya la misericordia por encima de todo, misteriosamente todo se vuelve de otro color, se abre un “loto en el pantano interno”, surge una sonrisa de alegría desconocida, reaparece la visión clara, la comprensión profunda y la confianza. El corazón se abre y vuelve a respirar.

 

Después de muchos años de experiencia psicoterapéutica se puede constatar como la persona después de sesiones y sesiones de terapia recupera una mejor calidad de vida, se fortalece y obtiene recursos para afrontar y resolver sus conflictos emocionales. Se adapta mejor. Sí, gana rendimiento, concentración y éxito. Se expresa mejor y se hace mas resolutivo en sus relaciones afectivas, laborales.., pero en gran medida se sigue desconociendo a él y a los otros. Continua “echando balones fuera”, culpando, mirando con juicio o prejuicio, amando con interés…no sale de la rueda del miedo a la muerte y le falta la valentía de desprenderse de la herencia de los programas familiares y culturales que le atan a este mundo de esclavitud racional-material-emocional.

La única terapia, cura o sanación completa es aquella que devuelve al ser humano a su realidad espiritual feliz y eterna.

 

La vida espiritual es la vida real. Hablar de salud es hablar de libertad. Sano es aquel que vive según los criterios de su autentica naturaleza, quién recupera la armonía y paz y…¿Cómo llegar a la salud auténtica y la alegría?. ¿Qué roba realmente La Paz?. ¿Por qué el sufrimiento físico y emocional, el desorden, la confusión?. ¿Por qué tanto vacío y soledad?. ¿Por qué el miedo domina todos los ordenes de la vida y las relaciones humanas?.

Hace mucho que el alma esta escindida, una parte sigue intacta, luminosa en las esferas elevadas del Universum pero otra habita en un cuerpo material, racional, emocional en esta tridimensionalidad que abarca en esta civilización a la Tierra.

 

Se tienen experiencias espirituales de un tipo u otro. Se celebran rituales en busca del ser interior o bien del ser superior, Dios. Se repiten oraciones o mantras, o se apela a nuestro maestro interior.  Se realizan terapias, talleres y cursos en busca incesante de sí mismo pero persiste el vacío, el sentimiento de soledad, de rabia y rencor. El sentimiento de fracaso y miedo al abandono, al compromiso y la libertad. El miedo a la muerte ¿ Por qué ?.

 

En lo más profundo, el Ser humano experimenta orfandad, desconexión de sus raíces, de su origen. ¿Quién soy?. Se relaciona con ¿Quién es mi padre, mi madre?. Y¿De donde procedo?. ¿Cómo he llegado hasta aquí?. ¿Por qué la union, la alegría en corros fraternales, no está en nuestra vida?. ¿Y las palabras de Beethoven “ abrazaos hermanos” en el himno a la alegría, resuenan lejanas?.

Todas estas preguntas tienen respuesta..adentrarnos en el camino espiritual que ofrece, de verdad, estas respuestas, es empezar a a caminar en la senda del despertar, de la conciencia y la liberación del alma.

El camino, la verdad y la vida espiritual y eterna de la que hablaba Cristo. El despertar del Buda. La pura luz y amor de Mahoma solar. El bogomilismo, catarismo, zoroatrismo, defensores del dualismo “ bien mal”, “luz tinieblas”, así como  la existencia de espíritu claro y espíritu oscuro y la lucha por la victoria del bien, de la Luz en lo interior…

 

La verdadera psicoterapia traducida como cura del alma es devolver al ser humano a su integridad espiritual.

El psicoterapeuta es o debe ser, guía, amigo, acompañante fiel en la senda de la rehabilitación del Ser humano y la recuperación de su potencial divino.

 

La salud, el equilibrio, la  visión clara, el sosiego, la creatividad y la alegría se obtienen a partir de conocer la verdad que nos hace libres y nos devuelve nuestra imagen real.

Se trata de hacerse conscientes y vivir según la conciencia y éste sería, en síntesis, el proceso a seguir:

– Introspección.

– Reconocimiento de la propia negatividad albergada en lo interior y de los pensamientos, palabras y actos con los que se daña.

– La mirada benévola del otro sin enfocarme en la parte oscura que le atrapa.

– La lucha contra la mentira, la autolástima,  la manipulación, usurpación, el juicio , el rencor del ego ( de los mecanismos del carácter).

– Expresión, transparencia, catarsis, limpieza.

– Abandono de las máscaras ante el terapeuta como testigo.

 

El anhelo y satisfacción de descubrir el propio lastre y los pesados programas familiares y la esclavitud de los diversos miedos sustituyendo la vieja autojustificación y el autoencubrimiento. Tomar sobre sí. Responsabilizarse del cambio. Aceptar el sufrimiento ( el Ser humano tiene gran capacidad de resiliencia). Abandonar las supuestas e ilusorias seguridades y comodidades mundanas.

El concepto de la cruz cátara que se opone a la cruz negra de este mundo es importantísimo descubrimiento como vía para la liberación y encuentro con nuestra dimensión real.

¿Por qué la música es fundamental en el catarismo?

Es conocido por muchos que los trovadores cantaban a una Señora o Amada. Lo que desconoce la mayoría de personas es que esa Amada no era un ser humano y que no se trataba de ensalzar un amor personal, sentimental o cortés.

Los trovadores —llamados también minnesíngeres, cantores de minné— eran predicadores errantes, cultos y de espíritu elevado y noble, que difundían secretamente un mensaje de amor celestial, amor Minné. Unas veces cantaban a la Iglesia del Amor en persona de una ‘amada’, otras veces a la Diosa Madre, la Sabiduría Divina, la Guía y Amparadora de la Humanidad. Pero lo que siempre hacían era traer consuelo a las buenas gentes. Sí, su música era una música que impartía un consolamentum musical: el consuelo del alma al recibir la revelación interior sobre su origen, su verdadera naturaleza, su destino y su potencial de amor. El consuelo de encontrar todo esto en el mismo interior de su corazón. Esta es la revelación que lleva al alma a tener deseo de perfeccionarse, mejorar. Así que el sacramento cátaro del consolament está relacionado con la tradición del Minnesang.

La música que trae consuelo es música que puede sanar, de vibraciones finas y que traspasan todas las barreras físicas y psicológicas. Por eso proporciona al oyente una ‘iniciación’ misteriosa. El corazón puro del trovador (o intérprete sentado al piano) es el medio de expresión de la divinidad.  El minnecanto es la remembranza de aquello que el ser humano descuidó y perdió: el amor empíreo, puro, luminoso. Pero este amor es recuperable y por eso en el catarismo actual la música ocupa un lugar tan destacado.

Nuestro excepcional minnecantor, Juan de San Grial, ha dedicado toda su vida a la búsqueda de la última verdad espiritual, la universal. Y sin duda alguna es un trovador (en occitano ‘trobar’ es encontrar algo que se había perdido y viene de la raíz latina ‘tropare’=buscar y descubrir): ha encontrado el amor minné. Y el que ha encontrado a Minné no sigue buscando, sino que se esfuerza en transmitir su descubrimiento. Se convierte en instrumento de Minné. Sentado al piano (o como él lo llama, ante su altar sagrado), sus manos hablan de lo que ha recibido en su corazón, se produce un transvase de altísimas vibraciones capaces de llenar todo el espacio de luz.

La última obra musical de Juan de San Grial publicada por nuestra Asociación lleva por título de ‘El crescendo del Bien’. Palabras musicales que plasman muy adecuadamente el efecto que tienen sus interpretaciones sobre el oyente: al escucharlas el alma se va afinando y se produce un aumento progresivo del bien en su interior.

¡Os recomendamos que os nutráis de esta música!

¿Por qué la pureza es tan importante en la humanidad?

 

   Podemos decir que la pureza no viene de este mundo. Es un símbolo, un estandarte, un pilar de los mundos donde no existe el mal. La pureza es la base de toda comprensión del alma. Puede parecer lejano, pero en realidad es la condición más natural de cada uno de nosotros. Si no hay pureza, no puede haber salud.

 

¿Quién no siente que el alma se alimenta y se consuela cuando podemos admirar la magnificencia de un resquicio de naturaleza virgen, si olemos la indescriptible fragancia de una flor, o escuchamos una hermosa melodía…? ¿Se podría vivir con esta sensación para siempre? El catarismo lo afirma rotundamente. No es una utopía, ni un sueño. Es una realidad de la vida espiritual verdadera.

 

La catástrofe de La Tierra: La falta de pureza.

 

Quebrantar las leyes de la naturaleza del bien conlleva la enfermedad y la muerte. Pero vivimos en un territorio de especiales características, en donde no imperan las leyes del buen Univérsum sino las de un mundo corrupto. Y como una excepción de entre miles de constelaciones, aquí en La Tierra, existe la mezcla entre la pureza y la lujuria, entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal. Sólo por la alquimia prohibida del remodelado de adaptación el hombre puede vivir sin pureza, alimentándose de todo tipo de gozadas y tentaciones. Y podemos nutrirnos de fuentes contaminadas que nos envenenan lentamente sin ni siquiera saberlo.

Esto que en apariencia pasa desapercibido tiene una gigantesca repercusión en nuestro cuerpo físico y espiritual.

 

Una rama milenaria de gente pura.

 

Hoy en día sólo el catarismo habla de profunda pureza, pero esto no es algo dado repentina y gratuitamente, sino que ha sido un legado sagrado que ha permanecido en el mundo gracias a las hazañas de caballeros y mujeres mirróforas custodios de este tesoro.

Hablamos de hazañas porque la lucha entre el bien y el mal siempre se ha dado, y la pureza como valiosísima joya, fue y sigue siendo hoy en día objeto de hurto para los ladrones espirituales, aunque sin conseguirlo.

Hace 800 años la religion occidental, intentando adueñarse de las miles de ventajas de la pureza cátara impuso entre los votos monásticos el de castidad, desencadenando perversiones y escándalos que llegan hasta nuestros días. Y esta misma tergiversación la encontramos en la sociedad actual, donde la agresividad, la lujuria, los placeres diarios, se admiten como una costumbre, y quien valientemente se atreve a acumular pureza es perseguido, calumniado y desacreditado.

 

La victoria del bien será gracias a la virginidad.

 

¿Cómo no volver a lo que somos en inicio, a lo verdadero? Es la recuperación de nuestra herencia robada, es lo que el alma quiere, busca y necesita para vivir en la plenitud de la libertad espiritual, pues la Divinidad, de quien debemos tomar ejemplo y de quien somos hijos herederos, no sólo es pura, sino intachable e inmaculada.

La pureza es la llave maestra que abre nuestro potencial divino de forma personal, y también milagrosamente es la única herramienta pacífica y poderosísima para el cambio del orden mundial.

La experiencia de vivir fraternalmente

Hace unos días publicábamos una entrevista realizada a algunos hermanos y hermanas cátaras: el encuentro había tenido lugar antes del “Viaje a los castillos interiores” y en ella nos hablaban sobre sus anhelos y expectativas, pues algunos de ellos no habían tenido aún la experiencia de visitar esos lugares tan emblemáticos para el catarismo.

 

Una vez finalizado el viaje, hemos querido volver a hablar con ellos, para que nos cuenten, estábamos deseosos de recoger sus impresiones, de que nos contaran sobre temas tan importantes como la convivencia y la fraternidad. Y también hemos querido que recomienden esta experiencia, para que nuestros lectores se animen a vivirla el próximo año. Os dejamos con esta segunda entrevista.

 

Háblanos sobre la convivencia y el ambiente.

 

Uno de los hermanos nos cuenta que la convivencia es una oportunidad para unirse más a las otras personas que comparten experiencia. “Se pasan momentos duros, de vencer limitaciones y mecanismos vetustos  que buscan separarnos unos de otros”. Algunos de estos mecanismos son: autolástima, malos pensamientos, juicios, cansancio, rebeldía; pero esto es una prueba de sabiduría para cambiarse a uno mismo y unirse más a la fraternidad.  Las decisiones que se toman en estos momentos son claves y determinantes para el desarrollo del viaje. “Afortunadamente para los conflictos siempre tenemos  la llave del concilio, el diálogo espiritual con los padres ancianos blancos”

 

Una de las hermanas destaca que “ha habido mucha unión entre nosotros, entre corazones, con un ambiente familiar y fraternal”. De hecho, suelen coincidir en resaltar la magnífica convivencia, compenetración, el estar unidos, afrontar las dificultades juntos, apoyándose unos a otros. No es un simple viaje, es un viaje a los castillos interiores: para llegar a estos castillos puros, hay que desbrozar muchas sendas pero tenemos el convencimiento que a través de esta convivencia, podemos llegar a sentir lo que significan.

 

Y para despejar dudas sobre esos ‘castillos interiores’ contamos con la siguiente aportación:

 

“Los padres cátaros hablan de 144 castillos, que existen en nuestro interior y son las cualidades intrínsecas del alma. A través de esta convivencia en cada uno de estos castillos recuperamos nuestra soberanía y nuestro patrimonio divino”.

 

¿Qué se ha abierto en ti después de visitar los castillos?

 

“Una visión más profunda de mirar al interior, de introspección, de tener más anhelo, de transparencia, de servicio desinteresado, de entrar en el corazón de los hermanos, de olvidarme de mis propias necesidades, y pensar más en lo que necesita el hermano”.

 

Por otra parte, el hermano Mirrofor, entiende que para alcanzar este grado de inmortalidad es necesaria la fraternidad, sin ella los inmortales no hubieran llegado a ‘este escalón’ del catarismo. Ellos estaban convencidos de la existencia de un Padre que une a todos los humanos, y es el gran desconocido.. Por eso es importante desvelar el misterio de los cátaros, de los castillos, porque en la Humanidad actual no hay fraternidad, ni unión, y son necesarias. Nos unimos entrando en el corazón del prójimo, de esta forma se rompe el yo y empieza un camino impresionante, con una perspectiva diferente a la habitual.

 

Y una aportación tan breve como interesante es la que nos habla de la experiencia como facilitadora del potencial de enfrentar miedos, y el de la fortaleza.

 

¿Por qué recomendarías este viaje?

 

Uno de los hermanos, habla de dos razones principales:

 

  1. Se visitan lugares emblemáticos cátaros en horarios poco concurridos, lo cual otorga mayor sensación de misticismo y posibilidad de prestar más atención a detalles que de otra forma no se podrían conseguir. además se consigue la posibilidad de guardar la esfera espiritual, porque se viaja con personas iniciadas en un camino espiritual profundo y respetuosas con lo que concierne al catarismo.
  2. No se trata simplemente de viajar al país cátaro, sino que se convive desde el primer momento con tanto jóvenes como mayores, que llevan a cabo una forma de vida basada en los valores del catarismo. Así no hace falta imaginarse como vivían los buenos hombres y buenas mujeres de aquel tiempo, sino que se puede conocer directamente la forma de vida cátara (oración, canto, baile, etc.) y envolverse en su sabiduría y forma de vida.

 

A continuación, transcribimos otras dos recomendaciones de nuestros entrevistados:

 

“Ha sido maravilloso, y se sienten las esferas de los inmortales, se siente su potencial divino, también cómo vivieron el amor puro entre ellos. Te toca el corazón más profundo”.

 

“Es un peregrinaje a la esencia de cada uno. En estos viajes se rompe la ociosidad a la que estamos acostumbrados. Entramos en la fraternidad, y sólo se puede vivir bajo esta perspectiva”.

 

Tras compartir esta maravillosa entrevista con vosotros, nos queda agradecer la participación de nuestros hermanos y hermanas, y como ellos mismos dirían “os invitamos a que participéis en estos viajes. En ellos descubrimos las fuentes puras que ayudan a borrar complejos, prejuicios y traumas que nos separan, y nos hacen ver que la vía del corazón es unión, y sólo por ella entramos en los altares de los castillos interiores”.